lunes, 1 de junio de 2015

Introducción.

   Antes de comenzar quiero incluir un anota aclaratoria de todo esto:
 
   El presente se desprende de la necesidad de continuar con un trabajo iniciado hace algún tiempo en un blog que perdí, en donde comenzaba a desarrollar mis intereses narrativos.

   Este nuevo espacio sin embargo será un poco mas amplio, enfocado sí, a la creación personal, pero enriquecido con aportaciones esporádicas que incrementen el acervo de la cultura del Cómic, la Novela Gráfica y en general la Narración Gráfica, también conocida como Arte Secuencial.


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 Según mi personalisima forma de ver las cosas, un artista debe plasmar lo que vive, observa, siente.






    Y es mediante la búsqueda incansable, realizada con el alma, como el artista va logrando evidenciar la mente, el corazón, el alma en su arte. Diego Rivera, artista mexicano, miembro del grupo de artistas que dieron forma al movimiento muralista mexicano, circunscrito en la historia del arte como uno de los mas importantes del siglo XX, llevaba esta práctica a extremos que rayaban en la obsesión. Hubo épocas en las que la labor artística de Rivera lo llevaron a trabajar jornadas realmente extenuantes, podría decirse que hizo de su vida un circuito de creación interrumpida en el que las horas que pasaba sin producir, verdaderamente las ocupaba en estar gestando, inventando, desarrollando en su cabeza, las ideas,conceptos, imágenes y composiciones que después trasladaría a los muros. Él hizo de su vida una obra de arte mas, con matices y contrastes realmente varidos, logró absorver la historia de México y mezclarla perfectamente con sus ambisiones plásticas, retratando el país en una mezcla de lo que era en su tiempo, de lo que había sido hasta entonces y de lo que él personalmente quería que fuera. Tradujo a la pintura su idealismo, y expresó la realidad transfigurada por su particular enfoque en magistrales monumentos que siempre serán motivo de admiración por la calidad artística indiscutible del más grande de los tres grandes.

   El artista entonces, a ejemplo de Diego Rivera ha de vaciar en su obra sus anécdotas, opiniones, puntos de vista, mezclados con la visión personal y las exigencias expresivas de su espíritu.

   Sobre todo el escritor, o mejor dicho el narrador, debería ser capaz de hacer esto en mayor o menor grado. Desde esta perspectiva, los aspectos de sus creaciones pertenecen en sí al entreveramiento que en su cerebro se auto hilvana entre recuerdos, observaciones, opiniones críticas, caprichos estéticos, etc.

   Sin embargo, lo que sí me parece absolutamente importante es la honestidad. El artista no debe pretender bajo ninguna circunstancia "engañar" a nadie con ningún aspecto de su obra.

   Me viene entonces a la cabeza una frase que no recuerdo de donde saque:

"... Prefiero a un artista que es capaz de ser mediocre en mil canciones, pero que sea capaz igualmente de crear algo insuperable... "


   Supongo que bien puede aplicarse a cualquiera que sea la actividad de creación artística que se quiera.

    El arte secuencial, ya se piense en cómic, historieta, novela gráfica y todos los etcéteras que se nos puedan ocurrir, es una de las disciplinas artísticas mas exignetes, y en ello concuerdan un sinnúmero de autores, amén de escritores o artistas gráficos que de manera aislada han incursionado en esta disciplina.

   Del arte secuencial o narración gráfica se ha escrito algo de teoría, como el legendario "The cómic and secuential art" del gran Will Eisner, o el polémico "Reinventing Comics" de Scott McCloud. Así como se han publicado infinidad de obras maestras del género.

   Sin embargo lo que hace profundamente rico, potentemente expresivo, endemoniadamente universal es el hecho de que puede ser adaptado a cualquier cultura. Y esa universalidad es precisamente lo que le confiere un carácter preponderante en la escena creativa. Una obra literaria común, una novela escrita de manera "normal", puede ser o no entendida en una u otra cultura, en este sentido, la traduccion interpretativa se vuelve escencial, con los cómics pasa un tanto distinto, toda vez que se basa según el mismo Eisner en el desarrollo gestual universal de la representación gráfica. En este tipo de arte se hecha mano de elemnetos visuales que el subconsciente de cualquier ser humano puede guiarlo hacia la idea precisa que el autor pretendió difundir. Aún cuando vemos una obra de narración gráfica en un idioma por completo desconocido, podemos ser capaces de entender la trama, esbozar mentalmente el argumento, o incluso hilar la historia completa. Y aún cuando precariamente tejer el sentido expresivo de la misma, no al cien por ciento como si estuviera escrito en nuestro idioma natural, pero si en buena medida. Cosa por completo imposible en una obra solamente escrita. Contrastadamente se tiene la obra pictórica, la expresión puramente visual de la esencia artística. Aquí nos encontramos con que el artista gráfico tiene una vena narrativa de por sí. Pero tiene la desventaja de que por mas elabroado que sea su trabajo, una pieza puede por mucho representar una idea, que aún cuando fuese amplia, no deja de quedar restringida a los límites físicos de la pieza que se realice.

    Con el cómic sucede algo distinto, el punto en el que se logra la magia es en el momento en el que se puede utilizar lo mejor de ambos mundos, con toda la potencia que encierra cada uno. De manera que se enriquece increíblemente un medio expresivo.

Hoy en día aún es un arte joven relativamente. El desarrollo fuerte de este medio ha ocurrido escencialmente en el siglo pasado. Y el carácter comercial del que se dotó le ha permitido un desarrollo impresionante en la calidad de presentación y la difusión. La cultura universal moderna se encuentra muchísimo mas influída por él de lo que cualquier persona pudiera sospechar o aceptar. Prueba de ello es que una ristra de íconos culturales, comerciales y artísticos dimanan directamente de esta vertiente artística en permanente tironeo. Algunos aceptan otros intentan minusvalidar la importancia inocultable que tiene en nuestro tiempo.

   Sea cual sea el destino que le depara a esta forma artística, los autores de nuestros días continúan pujando en sus esfuerzos por seguir difundiendo un arte secuencial mas cargado de propuestas, menos comercial en el sentido vacío de  la expresión, y sobre todo mucho mas serio y adulto. Y esto se agradece sobremanera por quienes hemos sido amantes de los cómics desde siempre...

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